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Al tener por primera vez una dificultad que sabemos que requiere de ayuda especializada, son muchas las personas que dudan entre buscarla en un psicólogo o en un psiquiatra. Es por eso que queremos aportar un poco de información sobre qué hace cada uno de estos profesionales y despejar algunas dudas que pueden surgir al respecto.
Básicamente, tanto el psicólogo como el psiquiatra están capacitados para diagnosticar los diferentes problemas de la salud mental, pero cada uno de ellos realiza la atención desde perspectivas distintas.
En el caso del psicólogo, su formación le permite centrarse en todos los aspectos psicológicos, comportamentales y sociales de la persona y valorarlos. El tratamiento se basa en corregir y rehabilitar el funcionamiento disfuncional de la conducta por un proceso de aprendizaje llamado psicoterapia. Este proceso comienza haciendo entender a la persona, a través de un diagnóstico, qué es lo que le pasa. Con esta información, la persona entiende mejor qué es lo que tiene que trabajar en el proceso de la psicoterapia. La psicoterapia consiste en técnicas y ejercicios con las que el psicólogo va reajustando conductas y pensamientos que pueden provocar una persistencia de la enfermedad mental.
El psiquiatra, por su formación, aborda las distintas problemáticas implementando tratamientos desde la parte fisiológica, ya sea prescribiendo medicación u otro tipo de intervención médica, a fin de equilibrar la bioquímica del cerebro y reparar o compensar la fisiología que esté deteriorada teniendo siempre en cuenta las variables psicológicas.
En la práctica, cada profesional realiza distintos tipos de intervenciones, pero en muchos casos estas son complementarias. Es decir, el psicólogo trata los problemas modificando a través de ejercicios los pensamientos, conductas y emociones de las personas, mientras que el psiquiatra se centra más en reequilibrar la parte biológica a través de psicofármacos.
Hay algunos tópicos que existen sobre psicólogos y psiquiatras que se deberían superar. Uno muy popular es que ante los problemas leves se va al psicólogo y ante los graves es importante acudir al psiquiatra. Esto es falso. Tanto psicólogos como psiquiatras atendemos a problemas leves, moderados y graves y, como apuntábamos antes, nuestras intervenciones se pueden complementar.
Otro tópico es que tener que tomar medicación es sinónimo de tener un problema grave, y no es así necesariamente. Simplemente significa que es necesario reequilibrar la química cerebral, ya sea para evitar sufrimiento o para que se asimilen más rápidamente las sesiones de psicoterapia.
También se acostumbra a pensar erróneamente que es mejor ir al psiquiatra porque solamente tomando pastillas se solucionan los problemas. Muchos de los fármacos que se recetan para salud mental solo alivian los síntomas y no eliminan el problema psicológico de fondo. Es como tener una herida abierta y limitarse a taparla con una tirita. No sentiremos dolor, pero seguramente la herida cierre en falso y el problema siga creciendo.
Ante la duda sobre qué profesional escoger, nuestra recomendación es que se acuda a alguno de los dos, sin importar a quien. Se debe buscar la comodidad con el profesional y ya será él quien aconsejará si se debería realizar algún otro tratamiento.