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Como combatir el estrés laboral y el burnout

Lluís Cavallé

Psicólogo y neuropsicólogo

El burnout significa agotamiento y es un estado que puede llegar a afectar a cualquier persona. Sin embargo, es un fenómeno que aparece más frecuentemente en las personas idealistas, luchadoras y todos aquellos trabajadores que se enfrentan a lo que se llama un desequilibrio de esfuerzo y recompensa. Es decir, estar trabajando desmesuradamente sin conseguir después un reconocimiento o recompensa. Cualquier profesión dada a una carga de trabajo y una falta de apoyo puede generar el burnout, y éste conllevará a la vez un agotamiento emocional y un estrés que hará aún más difícil afrontar las jornadas de trabajo siguientes.

Aquí tiene una serie de consejos que pueden ser útiles para reavivar a uno mismo si se está en una situación de burnout.

Comienza con tu cuerpo

Este es un cliché, pero ten cuidado de ti mismo. ¿Cuando fue la última vez que hiciste ejercicio? ¿Cuando fue la última vez que hiciste una comida sin estar pensando en algún asunto del trabajo? Empieza a ser consciente de nos evocamos de forma excesiva en el trabajo para conseguir el reconocimiento que tanto ansiamos pero que no siempre se producirá, independientemente de todos los esfuerzos que hagamos. Además, debemos ser conscientes de que nuestra ejecución profesional no acabará de ser del todo exitosa si no estamos satisfechos a nivel personal. Tomar la decisión de empezar a comer disfrutando de la comida, de volver a hacer ejercicio. Verás que tu cuerpo te agradece la desconexión de estos ratos.

Identifica cuál de las seis áreas están causando tus problemas

  • Sobrecarga de trabajo: te estás ahogando en el trabajo y no puedes ponerte al día.
  • Falta de control: sientes que no tienes control de tus deberes, procesos y plazos de tareas.
  • Recompensas: sientes que estás siendo explotado. Hay poca recompensa a tu trabajo, ya sea en términos de salario, prestigio o retroalimentación positiva.
  • Equidad: El entorno de trabajo es hostil.
  • Compañeros de trabajo tóxicos: Hay una falta de apoyo entre los compañeros o puñaladas por la espalda.
  • Valores: trabajas en contra de su conciencia o moral.

Trata de crear unas mejores condiciones

Algunos problemas son intratables o irresolubles, como trabajar en contra de los propios valores o en una cultura de trabajo horrible. Pero a veces el cambio es posible. ¿Es posible ir a trabajar con otro equipo u otra ubicación dentro de la empresa? ¿Se podría justificar la contratación de un asistente? ¿Es posible un cambio de turno de trabajo o bien trabajar desde casa un día a la semana? Si el problema es social, ¿se puede sugerir algún cambio que ayude a todos los empleados?

Haz balance

Si la mejora de su trabajo actual no funciona, o bien no se puede llevar a cabo, a veces es conveniente tomar algunas decisiones importantes y ser ejecutivo. A veces resulta más conveniente ser drástico que esperar dos años y estar tanto agotado que ni siquiera se tenga ánimo para buscar otro trabajo. Si la búsqueda de mejora de condiciones no funciona, quizás es una señal para buscar otro trabajo o ampliar nuevos horizontes con algún estudio adicional.

Reajusta las expectativas

Atención: no nos referimos a que haya que reducir expectativas. Como ya se ha comentado al inicio, el agotamiento es consecuencia de un desajuste entre las expectativas del trabajador y las tareas del puesto trabajo. Por desgracia, las personas más idealistas son las primeras en sufrir el burnout por esta misma razón. Aprende a no salvar el mundo y demostrar que eres el único y mejor que puede hacer las cosas. Proponte hacer bien el trabajo, no la perfección.

Aprèn a delegar

Con delegar no nos referimos a volcar a otra persona la parte del trabajo que no nos gusta o la que nos produce más pereza sino a luchar contra la sensación de que somos las únicas persone que pueden manejar las cosas. Muchas personas que se consideran perfeccionistas e idealistas tienen un elevadísimo sentido de la responsabilidad y el eslogan «si quieres las cosas bien, hazlas tú mismo, porque como tú no las hará nadie». Estas personas son muy vulnerables al agotamiento, tanto físico como emocional. Si empezamos a delegar, nos daremos cuenta que los trabajos realizados por otros no son tan terribles y que por haber transferido responsabilidad a los demás no somos mejores o peores trabajadores. A lo largo de las semanas verás los beneficios internos que conseguirás.

Diversifica tu tiempo

Hacer las cosas que quieres hacer, no sólo las cosas que debes hacer. Pregúntate qué te gustaba hacer y lánzate a hacerlo. Evita fijarte en las «obligaciones» a las que debes atender primero porque, si te planteas seriamente qué pasa por posponer alguna de ellas, verás que no se acaba el mundo.

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